miércoles, 21 de abril de 2010

ESA MITAD, PARTE DE TI

Echar de menos
ayuda a saber lo que te sobra
lo que ya está de más.

Apartas a un lado la risa
pues sin la suya
aun soñada en contrapicado
el todo se queda en mitad
sosa, insulsa, sin sabor.

Esa mitad, parte de ti
estrujada en servilletas
destilando restos de confidencias.

Echar de menos
fustiga mutismos
que ahora
se tiran de los pelos
por ayer
anclarse en segunderos
que a su paso
no dejaron más que un tic-tac.

Echando de menos
adiestras la impaciencia
si a ese alguien le sostienen huesos
y no cenizas.

Y es que cuando echas de menos
una voz
unas manos
un olor
te vacías, te asolas.

Y si es el cielo lo que aprisiona
agachas la cabeza
vencida por la imposición de un más allá.
Pero si es tierra la carcelera
te expandes en verde
hasta que el tiempo destiña la espera.

Echo de menos.
Tanto…
que asumo y acato
seguir con mi vida
aun mutilada de ti.

viernes, 16 de abril de 2010

NECIA. LA MÁS...

Creciendo.
Y sin querer crecer más
pues las astillas
no salen con la misma facilidad…
Que antes…
Ese antes donde otro antes no existía.

Creyendo.
Y sin poder creer más
pues de tanta fe profesada
ya se deja de procesar…
Ese proceso donde otro te hizo cambiar.

Necia.
La más…
Por ilusionar a desilusionados.
Desilusión incrustada en corazones
no es lo mismo que la que motea ojos.
Un único parpadeo puede crear,
revivir resabiados ilusos.

Madurando.
Y negarse a madurar más
pues pendiente del cielo
se pasa mejor
que sostenido
que sujetado
por suelos.
Esos suelos por los que tu sombra se crió
hasta medir fuerzas con el sol.


Pretendiendo.
Y sin poder pretender más
pues la caduca pretensión
ya queda en tentativa sin acto…
Ese acto por el que otros quedaron anulados.

Necia.
La más…
Por decrecer.
Descreer.
Descumplir.
Por renunciar.