martes, 30 de septiembre de 2008

DECEPCIÓN

Decepción.
Te la llevas, te desgarra si alguien sobre quien colgaste todos tus sentidos los desprecia.


Al parecer, el querer es relativo en este mundo tan absoluto.
Al parecer, si das, por que das y si no lo haces me la guardo para cuando bajes la guardia.


Decepcionan las palabras como pose del momento y, luego, se olvidan.
Me prometiste…Y frente a ti la amnesia como coartada.
Pretexto seguido de vistazos a todo, menos a ti.
Tú que de principal pasas a personaje anodino, de esos que ya no aportan nada.
Y te cuestionas tus actos.
Haber dicho o dejado de decir.
Haber hecho o dejado de hacer.
Mientras la culpa se enfunda el abrigo de acero.

Desencanta la indecisión.
Cavilación al gusto. De primer plato, sí.
De segundo, no. Y de postre, puede.
Tú, descolocado, café solo.
Tú, indefinido, en busca de la esencia reemplazada por lo que te hicieron creer y no fue.

Como en todo comienzo el entusiasmo lleva las riendas.
Como en todo desarrollo si es cuestión de uno las ganas se agotan.
Y como en todo final el que se arriesga sin nadie que le amortigüe, el héroe exhausto se aleja.

martes, 23 de septiembre de 2008

A ti, piedra preciosa.

Nacemos envueltos en piel y estructurados por huesos que nos definen. Tú, feo, tú guapa y tú del montón. Sonreímos aunque nos sangre la lengua; vivimos, convivimos con las formas. Es el aparentar sobre todas las cosas. Si le dices a alguien te quiero, se pregunta de qué culebrón habrás salido. Si abrazas es que estás falto de cariño o buscas algo. Y si hablas de sentimientos, te huelen a ver si has bebido y se cuelgan ajos, cruces…lo que haga falta para que no te acerques tanto, no vayas a chuparles su yo oculto, camuflado. ¡Cruel “chupayoes”!
Aunque, en ocasiones, das con piedras preciosas en esta inmensa y sombría roca. Por ejemplo, un sms: Te conozco desde los 18 años y, en realidad, te he descubierto a los 32…Sigue siendo como eres.
Sonríes desde dentro, desde no importa si mides uno ochenta o pesas cuarenta kilos. Una sonrisa que copias en el archivo de las mejores cosas de la vida.
Otro ejemplo, es el de saber que si un día te pide una tregua, un desahogo, hay alguien a doscientos kilómetros, a una llamada, a un mail, que abre muy bien los ojos y los oídos sin juzgar qué grado de razón llevan tus quejas. No cuenta lo que cuenta, cuenta que te lo cuente a ti.
Se trata de que en este mundo donde se funden tantas bombillas, se patean secretos por que importan poco o se encuentran espinas en manos estimadas, alguna vez, aunque sea de tanto en tanto, encuentras una luz inagotable, un confidente que no falla y unos abrazos que duran tanto que cuando acaban la sensación permanece.
Así sí se puede vivir. Así si te acechan, si se tiene la tentativa de derribarte, si procuran machacarte con arrogancias o apatías, da lo mismo pues siempre te queda, siempre divisas, ese faro, torre o muralla, construidos a base de piedras preciosas, que sois vosotras.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Si pudiera ser

Si pudiera ser.
Te regalaría mis ojos para que veas cómo te miro yo.
Si pudiera ser…
Te ofrecería mi voz, mis palabras
para acabar con tu silencio, ese que quema, ese que cercena anhelos…
Si pudiera ser…
Me abrazaría a tu vientre y así me quedaría, perdida en él…
Y si pudiera ser, te pediría que por un día,
dejaras caer tu carcasa del poco me importa…
Si pudiera ser.
Te pediría perdón por no haber entendido qué querías,
por no haber sabido qué quería yo.
Eso si pudiera ser.
Y si pudiera ser te contaría lo que más me hacía reír.
Y descontaría las lágrimas a punto de desbordarse.
Si pudiera ser regresaría a tus labios como la primera vez, cuando primaba eso, regresar. Regresar y tocar.
Y si pudiera ser te regalaría una brújula, una que sólo te lleve a mí.
Todo esto si pudiera ser…