jueves, 3 de febrero de 2011

Y ESE ESPEJO

Decirse que fue real
cuando aún podíais tocar.
Decirse que lo es
cuando ya un simple esbozo
de ti en mis días ya tardes,
ya noches...la vida.

Entona.
Entonamos el adiós seco,
tajante, brutal.
No queda otra.
No queda más.

Y quema a cada encuadre. Arde.

Y ese espejo,
que aún desvirtúa el te quiero.
Y ese espejo
maldito y que nos maldijo
a permanecer en él
a solo reflejo.

Y suplicando a aquel Pero
¡no salgas! ¡no gruñas!
Y salió. Mordió. Arañó.
Y rogando a aquel Pero
y no con un pie, una mano o un dedo
sino en cuerpo, todo entero.

Y ese espejo.
Que maldije, maldigo.
Por el ya
solo poder verte en él
un día, mil tardes, cien noches...mi vida.