miércoles, 26 de diciembre de 2007

2007 SABER O NO SABER

Ellos no saben que me casé el 29 de septiembre. Yo sé que el hijo de la baronesa Thyssen hizo lo mismo dando un gran disgusto a su madre. Ellos no saben que el 2 de mayo mi mejor amiga cumplió 31 años y que lo celebramos hasta el día siguiente. Yo sé que el 3 de mayo Madeleine McCann desapareció en Portugal y aún (diciembre) no ha sido encontrada. Ellos no saben que a mediados de abril decidí la invitación de mi boda con dos tulipanes amarillos pintados a mano. Yo sé que un tal Cho Seung Hui mató a 32 personas en la Universidad Técnica de Virginia y luego se suicidó.
También sé que según Zapatero un café cuesta ochenta y cinco céntimos y que el rey de España le gritó a Chávez ¡que te calles! Ellos no saben que donde vivo no he conseguido tomarme un café a lo “zetapé” y que cuando lo he exigido ¡me han llamado loca! Yo sé que Juan José Millás ha ganado el premio Planeta. Ellos no saben que mi gran sueño es convertirme en una destacada escritora.
Yo sé que Luz Casal ha estado enferma de cáncer. Ellos no saben que el 21 de agosto a las doce de la mañana recibí una noticia que hubiera deseado no recibir. Yo sé que ETA ha puesto varias bombas como la de la T4 y que sus últimas víctimas han sido dos jóvenes guardia civiles llamados Raúl Centeno Bayón y Fernando Trapero Blázquez.
Ellos no saben que me da miedo viajar en el metro de Madrid.
Yo sé que el número de mujeres maltratadas en España es cada vez mayor. Ellos no saben que quiero con locura a mi marido.
Yo sé que José Luis Moreno se ha llevado un gran susto al ser asaltado en su enorme chalet. Ellos no saben que todas las noches me aseguro de que la puerta de nuestro apartamento de sesenta y cinco metros cuadrados esté bien cerrada.

Yo sé muchas cosas de gente que ni conozco y ellos no saben NADA de mí. Así es la vida que hemos creado y el año que viene más.

martes, 5 de junio de 2007

06/06/2007

ETA rompe la tregua de paz y me ha dado por reírme al leerlo. ETA ya había roto ese pacto aunque ahora lo hayan comunicado de una manera oficial. Me pongo seria porque me preocupa que a estos locos les dé por hacer locuras, que sería lo lógico siguiendo su lógica. Suelo ser partidaria de hablar con los enemigos siempre que estos razonen. Está claro que hay algunos a quienes les importa poco la vida de los demás, vamos, que nos podemos meter las razones por el culo y perdonad la expresión. (Aunque nadie se ha metido en mi blog, por si acaso). No quiero ser gafe ante estos cafres pero las palabras de su comunicado me erizan hasta los pelos más escondidos de mi cuerpo. ¿Debemos seguir con nuestras vidas normales o despedirnos de todos cada vez que nos veamos? No sé. No lo tengo muy claro. Yo, por si acaso les digo a los míos lo mucho que les quiero todos los días, por si acaso. Ya lo hacía epro ahora más. Pienso en dónde caerá la lotería de ETA este año. Que caer, caerá y si no al tiempo.
¿Van a cambiar de tema los programas del corazón? Sería aconsejable que en vez de nombrar a Julián Muñoz o a Isabel Pantoja nos deleitasen con su carrera de periodismo, esa que les hace sentirse tan orgullosos y que tan poco dejan ver. No sé que hicieran un programa de investigación acerca de esta horrorosa banda y la pudiéramos ver en Prime-Time como la confesión de la Zaldívar que no me provocó otra cosa que devolver la cena. ¿Nos van a seguir bombardeando con realities "chous" para que no tengamos otra cosa en qué pensar? Para eso que nos hagan una lobotomía o lobectomía a todos y tomarmos medidas para empezar a fabricar ataúdes en serie. Me pongo trágica pues la situación así me lo parece. No es para menos saber que un día sales de casa y vas a la primera prueba del vestido de novia y resulta que es la única y la última, depende de los sinvergüenzas de ETA. Me crispo, me crispo. Mi blog tiende al humor pero una fecha como la de hoy o mañana se merecen unas palabras de crispación. Digo yo.

jueves, 24 de mayo de 2007

BELLEZAS, REALIDADES Y ALGO DE PUBLICIDAD

Todos los viernes tengo cita con el programa Desnudas, a mi parecer una oda a la belleza femenina, a pesar de estar patrocinado por Dove (por una belleza real) que la idea, concordar, concuerda pero también asusta ver con bastante frecuencia cómo vas a llegar a ser o ya eres: un blandy bloop arrugado. Este espacio televisivo está conducido por alguien también muy femenino y tierno, Juanjo Oliva, que cuando coge de los hombros a las mujeres o las abraza te dan ganas de gritar: ¡Por Dios, que lo beatifiquen de una vez! Y es que este ¿hombre? tiene una capacidad de escuchar ESCUCHANDO de verdad sin que luego te dé una sorpresa de las de: ¡A casa de tu madre! ¡No me habías dicho nada! Demasiado comunes en el varón que, supuestamente, nos cedió una costilla, en plan, ¡oye que gracias a mí estás aquí!. Ya y yo me lo creo. No, Juanjo es de otra especie, de la que comprende y tiene el don para decirte con su melodiosa voz que tus caderas son como los anillos de Saturno sin que te moleste, vamos, que si te regala todos los productos de Biomanán junto con una braga-faja (directísima indirecta hacia tu línea curvilínea) como te sonría y te pregunte qué tal estás, le haces una fiesta, en cambio, como sea de tu novio, marido o padre ya pueden abandonar el país o ir a Cambio Radical. ¡Juanjo es grande, SENSIBLE Y UN ARTISTA! La otra noche se me escapó esta verdad delante de mi novio que me miró como si le hubiera dicho que Romario había logrado su gol número mil. Y me dijo:
- Oye, si quieres te hago una foto en bragas y en sujetador, la amplío y la cuelgo de la fachada de la Plaza Mayor.
Así dicho sonó francamente mal pero, a pesar de ello, no me quitó las ganas de continuar mirando el reivindicativo ¡esto es lo que hay! por los casi rascacielos de Madrid y al día siguiente les comenté a mis amigas los milagros que se producen en esa hora. Algunas, las más crápulas, las adictas a ¡los viernes en casa ni loca! no sabían de lo que les hablaba pero había una que sí y le sugerí llamar y que nos subieran la autoestima o al menos conocer a ese semidios de Oliva del que mi más fashion victim amiga es hiper mega fan. Tres horas más tarde; unas cuantas cervecitas después ya no nos veíamos tan mal, de hecho, nos sentíamos esbeltas, a puntito de despegar del suelo si hacía falta. Una amiga sacó una cámara de fotos y ahí en plena calle empezó la sesión. Los transeúntes se paraban a mirar como en vez de gritar el clásico ¡patata!, berreábamos un ¡por la belleza real!
Y es que las mujeres, de vez en cuando, nos olvidamos del mensaje general y nos empecinamos por el particular, en este caso, el patrocinador de una buena causa, en otros casos, saber que hay muchos hombres por el mundo pero fijarnos hasta la obsesión en uno que, casualmente, es el que no te hace ni caso. Me gustaría saber qué nos aconsejaría el señor Oliva. Quizá para ello ya no exista remedio.

viernes, 11 de mayo de 2007

SANTA SEMANITA

Todas las Semanas Santas igual, “Los diez mandamientos”, que la hemos visto quinientas veces, “Ben-hur”, mil ochenta y cinco más y, lo confieso, ni me sé el divino decálogo e ignoro si Charlton Heston gana la carrera de cuádrigas. Los que programan la tele, bien se han quedado sin vacaciones y nos castigan por ello o sus cabezas ayunan de imaginación. De lo que estoy segura es que son los mismos que programan la de Navidad. Señoras y señores, un poco de respeto que a Travolta ya no le queda pelo para brillantina y las novias de los siete hermanos deben ser ya tatarabuelas. Sí, es que me indigna y mucho que para dormir la resaca de las procesiones de “caña por aquí, caña por allá” mi sobremesa sea la misma que hace quince años. Y no le quiero preguntar a mi madre que fijo me señala quien es el soldado que, por descuido, lleva un reloj digital en la época de los romanos. Creo que debido a esto los españolitos huímos de las caseras pantallas aunque sean planas o culonas y nos hacinamos en las carreteras a ver quien llega antes a la playa, a la montaña, o a confesarse que debe ser cierto eso de que uno se siente mejor hablando de sus pecados en ciudad ajena. Ojito lo que viajan los políticos. Dirán que son “vía crucis” en busca de nuestra salvación. Habrá que echarle fe al asunto o invitarles a que se presenten a Operación Triunfo, al parecer dar el cante es lo único que pacifica hostilidades y enfrentamientos. ZP a lo Camilo Sexto colaría y Rajoy a lo Juan Pardo más.
Continuando con mi peculiar rosario de quejas diré que el año pasado fui junto a mi novio a Granada. Admito que elegir esa provincia no fue muy original, la gente salía de cualquier sitio. Abrías una lata de coca-cola y ¡zas! un chino con su flash te provocaba ceguera temporal que aprovechaban unos listos para colarse en la cadena humana hacia la catedral. Al reponerte del susto una gitana te metía romero por la nariz mientras te amenazaba con un mal de ojo si no le dabas dinero. Y ya cuando conseguimos entrar, previo pago, al poner un pie en el sagrado suelo mi novio empezó a rezar con comentarios similares a los que yo le hago siempre que hay fútbol, ya sabéis a tocar un poco los.... Veni, vidi, vici y a los cinco minutos fuera. Al ser periodo de reflexión opté por callarme y agotados, de camino al hotel la verdadera Semana Santa nos plantó cara. No, no nos cayó del cielo una bienaventurada torrija si no una procesión de las de saetas, silencios y aplausos nos impidió acceder a nuestro retiro espiritual. ¡Toma sacros cuatro días! Resignados hicimos lo propio a nuestra devoción, dar palmas en una taberna hasta que la noche nos cerró el garito. A la mañana siguiente, el efecto de las cervecitas y vinos se había calzado espuelas y le daba a lo de “arre burro arre” en nuestras cabezas. Reconocimos que se sufre mucho en esas fechas y prometimos planear mejor la siguiente. Este año nos quedamos en casita a disfrutar de la fiesta desde la tele que aunque se reitere, de vez en cuando, se apiada de nosotros y nos ofrece películas como La Pasión de Cristo de Gibson que desde el sofá todas estas cosas infunden respeto pero, lo dicho, desde el sofá.

Mujeres y Hombres

El hombre y la mujer no descienden del mismo mono. Seguro que no. Apostaría mis posaderas, trasero o culo (en caso de perder algo eso no me importaría, como a muchas y ahora que ya huele a veranito más) a que las mujeres derivamos de un primate mucho más sensible, observador, sincero y demás virtudes que el hombre. Lo llamaría Alter Primate porque decididamente es otro. (Ni feminismo ni machismo, puramente REALISMO).
Si yo no me entero de lo que es fuera de juego en fútbol, ellos no entienden la simple frase, por favor, baja la tapa del váter (lo sé, muy típico pero real). Si a mí me hablan de Euribor, creo que es un gigante peludo de cuento infantil (algunas me llamarán zopenca, lo asumo). Si a ellos se les habla de cualquier tarea doméstica, te dicen que domestiques tú y tan panchos. Preguntas que qué tal el día y te responden que bien, tú esperas que continúe hablando y él te mira como si te hubiera contado el día más largo de su vida. Entonces aparca sus problemas en el sillón o se los cuenta a la televisión y tú, a la cocina, a lo que llamo ESPACIO de TERAPIA. No sé porqué pero ahí suelo pensar. Pero no sólo yo, recuerdo que mi madre pensaba mucho al chup-chup de la olla Express. La escuchaba desde mi habitación pero no entendía muy bien sus discursos. Ahora sí, ahora he caído que lo que hacía era ponernos de vuelta y media a todos. Como hago yo en el espacio de terapia. Ahí me relajo mientras mi novio me pregunta desde el salón dónde están las zapatillas de estar por casa. Cierro los ojos, respiro hondo, sólo tiene que mirar al suelo y no lo hace y sigue preguntando y yo pelando ajos, en trozos cada vez más pequeños; intento no gritar, evitar hostilidades pero el Euribor del que he hablado antes me posee y le sugiero con ironía y en un tono de sargento que BUSQUE. Sólo tiene que buscar pero entonces se levanta del sillón (mi memoria recoge muy bien cualquier sonido) y entra en mi espacio de terapia. No las encuentra y además opina sobre el puré de ajo que hay sobre la tabla. Se me erizan hasta los pelos de la nariz pero mantengo la compostura aunque dejo el cuchillo en el fregadero, por si acaso. Voy al salón, me sigue y ¡magia potagia! ¡Sus zapatillas casi le muerden los tobillos! Regreso a mi espacio de terapia. Y en un momento me echo a llorar por culpa de la cebolla y por lo cansada que estoy. Sin consuelo voy al baño y enjuago mi perreta de niña mimada en el lavabo. Escucho que se acerca el amor de mi vida tan contento con sus zapatillas, al verme me dice: ya te dije que no te tocaras los ojos si usabas guindilla. Y se va. Me miro al espejo y sigo apostando el culo (y ahora con toda seguridad) que las mujeres descendemos del Alter Primate, conocido comúnmente como madres.

martes, 20 de marzo de 2007

Cosas caídas del cielo

De pequeña miraba al cielo y le pedía al ángel de la guarda que no me desamparara ni de noche ni de día. Y lo hizo y aquí estoy. Ya en la pubertad, absorta en mis granos, mis kilos, mis horarios nocturnos y mis clandestinos cigarrillos pedí, como no podía ser de otra forma, un buen muchacho. Ignoro si es que el correo celestial estaba desorganizado o simplemente pasaron divinamente de mí pues me enviaron cada macarroni que para qué. Tardaron, oye, pero las plegarias de mi desesperada madre van a misa.
También pregunté por un buen trabajo pero supongo que era pedir demasiado o demasiados pidiendo lo mismo. La verdad es que no me puedo quejar. De lo que sí me quejo es del hecho de que un asteroide haga carambola con el planeta en el año 2029. Se llama Apophis y le has de temer, va a dejar en el paro al hombre del saco y a Freddy Krueger, y si no al tiempo. Para mí que el cielo se quiere vengar de gente tan pedigüeña como somos, y ha recopilado, como si de viejos éxitos se tratasen, todos nuestros los deseos, buenos y malos, y los ha convertido en bola. Una bola que jamás olvidaremos. No como la de que Zapatero va acabar con ETA, no, una bola maciza, con consistencia, como un gigantesco trozo de turrón de Alicante. Y ¡ZACA! Todos al cielo porque de esto nadie tiene la culpa sólo la diosa Naturaleza que nos dice que para calentamientos globales ya está ella. Pues requetebién. A Apophis le da igual que seamos altos directivos o simples currantes, o reyes, o princesas, o presidentes de gobierno. Oye, al final va a ser que algo nos considera a todos como iguales, ¡ya era hora!
Ahora les pido a las alturas que quien lo vea venir lo diga con tiempo que me quiero despedir de los míos y hacer un corte de manga a algunos.
Aunque quizá no tengamos que esperar tanto pues ya caen chuzos de hielo sin explicación. Y nos dirán que son los desechos de algún avión y nos lo creeremos porque nos creemos todo. Que llueve caca helada pues que llueva que llueva la virgen de la cueva. Puede que sea el primer efecto del calentamiento global, ¡qué se nos cae el cielo a trozos! Y eso ni con muros de carga. Para mí que los extraterrestes, de todos los planetas, están de macrobotellón y claro, se les ha ido de las manos. Para concluir, el otro día caminaba tan contenta cuando algo me dio en la cabeza, me iba a cagar en la madre de alguien cuando descubrí que se trataba un trozo de pan. Tranquilos, no era un mensaje divino sino un gorrioncillo que quiso abarcar demasiado. Y es que hasta los animales tienen algo humano o ¿es al revés?

En la luna

¿Recordáis haber soñado alguna vez con ser astronautas? Yo sí, para poder pisar la luna, o Marte o cualquier otro planeta lejano a éste, siempre lejano a éste. A mi madre le pareció fascinante la idea, sobre todo lo del sueldo que aunque sea secreto de estado, cuenta la leyenda que son cifras astronómicas. Todo lo que tenga que ver con el cielo sale caro, hasta la muerte. Así que vengo a prevenir a aquellos padres cuyos hijos hayan tenido esta clase de sueños. Sí porque tal y como está la vida hasta en el firmamento suceden cosas terrenales. Una señora de la NASA, a saber, con exquisita educación, dinero para exportar a Venus, un marido, tres hijos y Dios sabe qué más, ha sido víctima de algo tan primitivo como los celos. Y me he preguntado mordiendo una manzana (sólo para reírme del pecado original): ¿de quién puede tener celos esta señora? Pues de quién iba a ser: de otra fémina sideral. Y es que al parecer la avaricia no sólo rompe el saco sino también escafandras. ¡En qué mundo vivimos! Una carrera espacial a sus espaldas y a la susodicha sólo se le ocurre plantarse peluca e impermeable y sorprender a su víctima en el aparcamiento. ¡Ni que Almodóvar estuviera detrás de todo esto! Total que le roció un gas por los ojos y se fue de allí. Esto, más propio de Santiago Segura. Y lo peor llegó cuando dejó pruebas en un contenedor de basura, vamos, poniéndoselo difícil a los del CSI. En definitiva, se ha jugado su puesto de trabajo por el animal que tropieza dos veces en la misma piedra, eso sí, del espacio exterior pues se trata de piloto marino soltero y con dos hijos. ¡Qué queréis que os diga! Tanto estudiar para llegar a ser acusada de intento de secuestro, agresión física, intento de robo y destrucción de pruebas. Ahí es nada. Si sale culpable, cadena perpetua ¡Ni Stephen King la salva!Aún no tengo hijos pero cuando los tenga si me vienen con el cuento de ser astronauta no me haré muchas ilusiones pues todos, hasta los más inteligentes, estamos hechos de la misma pasta, una cuyo ingrediente básico es la idiotez. Y si tengo una hija y se hace navegante espacial la prevendré de los homos erectus marinus.

Lo que me pasó ayer

Ayer llegué a casa agotada como un dromedario tras kilómetros y kilómetros de desierto. Aún no tengo joroba pero al tiempo. La carga, que llevo a la espalda hoy por hoy, es la de saber que mi jornada de trabajo no acaba ahí, continúa en la cocina porque algo hay que cenar, claro. Cojo unas patatas, un cuchillo y me dispongo a convertirlas en verdaderas obras de arte, eso sí, con mi propio estilo. Un tajo por aquí, un tajo por allá. Las mondo sin poder evitar que Luisma de Aída aparezca en mi pensamiento. Entonces escucho la voz de Matías Prats y me quedo en estado de shock. UN JOVEN VENDE SU ALMA POR INTERNET. Alucino tanto que echo una patata a perder. Voy al salón y descubro que no estoy soñando. Al parecer un chico con una depresión de caballo puso a la venta el más preciado tesoro que poseemos los humanos. Ni antidepresivos, ni psiquiatras. ¡Al carajo! Ya le dije a mi novio que lo de la red era cosa del diablo, me doy cuenta que no iba muy desencaminada. Su alma se subasta y hay gente que puja por ella. ¡Estamos endemoniados! Mi novio me pide que me calle y descubro que el dinero conseguido irá a parar a algo benéfico. Siento cierto alivio sin saber porqué, quizá por pensar que no estamos tan cerca del infierno como creía. Luego, el bueno de Matías da más datos. El muchacho casi al borde del precipicio ahora hasta tiene pretendientes, chicas que se quieren casar con él, arpías que han visto el negocio, claro. Pienso en mi mejor amiga que aún está soltera pero los tristes no son su tipo. Permanezco embobada. Hasta le han ofrecido hacer una película o varias. Me indigno un poquito. Vuelvo a mi tortilla y no paro de darle vueltas, a los huevos y a la noticia, claro. Mi novio se acerca y me da un beso. Le reprocho que tanto tiempo frente al ordenador y NUNCA SE LE HA OCURRIDO DEPRIMIRSE. Como si no tuviéramos razones para ello. Me mira como hace siempre que digo algo poco coherente y desaparece. Actitud apropiada pues las patatas son frisbees sin control. Me quedo ahí frente al proyecto de tortilla divagando un rato. Si ese chico hubiera tenido un trabajo y una casa que limpiar y ropa que planchar y una lavadora hambrienta y bolas de pelusa propias del oeste debajo de la cama, no le hubiera dado tiempo a pensar en su triste existencia. En un segundo le doy la vuelta a la tortilla y escucho la música de cabecera de un reality-basura. Olvido al nuevo rico y le doy gracias a Jordi González por mostrarme que mi vida, dentro de lo que cabe, no está tan mal a pesar de que la tortilla sabe a rayos, centellas y una pizca de envidia.