jueves, 4 de diciembre de 2008

ESTE AÑO, MI AÑO EN LOS DEMÁS

Resumiendo este año,
mi año en los demás.
Desguazo las primeras intenciones,
las que se vistieron de gala
para distinguirte entre el confeti de abrazos.

Este año.
En mi año no hubo más árbol
que la parte de mí enraizada
en pasados.
Otros años en ellos.
No hubo más adornos
que el resto de purpurina y resaca en algodón
y quizá un poquito de piel.

No hubo deseos que quemar ni hacer trizas.
Soplamos las cenizas de lo no cumplido.

No se cumplen secretos a medianoche
por mucho que traguemos con aguante
las campanadas sonando a suerte.

Sin pellejo es más fácil.
El tuyo pendiente del hilo de la madurez.
Sin huesos descartas sustos.
Los tuyos crujiendo ante el número par.

Este año.
Mi año en los demás.
Tampoco hubo arengas pausadas por contenidos pesares.
Echar de menos a quien falta,
a quien permanece en la fiesta donde ya no se suman años,
a quien no acude por no romper el turrón,
a quien no le apetece que le anden con panderetas.

Sintetizando mi año
en doce nombres de época,
de enero a diciembre,
de frío a frío
y tiro aunque no toque,
me quedo con el impar que asoma.

Quizá se cumpla en este año, mi año
lo que en el otro se cumplió en los demás.

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ADICCIÓN

Cuando bostezas
promueves el contagio del cansancio.
Extenuada
comienza la rehabilitación
por sobredosis de cosas que nunca debiste hacer.
Y en el proceso,
el triste sudor que gotea por tus poros
impide que la risa inyectada
conquiste tu sangre ya viciada de descontento.

Mirando en paralelo y
saltando en los charcos que no calan,
de ese mundo, de ese universo
en donde sólo eres valiente,
te sacudes de terrores
te limpias de punzantes tridentes
germinando en frutales con forma, gusto y sabor de redención.

Te perdonas.
Acelerando la abstención
de pisar tejados de los ajenos.
Si no irrumpes en su rutina
el virus queda acotado a tu ser.

Cuando suspiras
expandes el afán por obtener.
Y en la irrealidad donde te superas,
el hado te devuelve a quien renunciaste
pisando con firmeza por donde te asusta.

Adicta a la ficción
donde hasta tú eres de usar y tirar,
al atravesar la pantalla
te das cuenta
que donde esté un corazón de cartón piedra
que se aparten los que bombean dolor y dejadez.

OSCURECIENDO

Oscurece en tu despertar.
Debe ser que el sol se aletarga
o la luz no te quiere alcanzar.

Y en las tinieblas
con un collar de sombras ensartadas
te deslizas.
Sin llegar al final.
Resbalas hasta desdoblar tus arrugas
y descubres que te has hecho mayor mientras dormías.

Los atardeceres de tertulia con las noches.
Sin límite, sin horario de vuelta al día.

Y en esa penumbra adquirida con la edad
recorres la quietud ahumada del río infinito
por que la muerte retoza aún en otras orillas.
Dueña de esas aguas de indefinido color
fluyes a contracorriente,
peleas por reencontrarte con aquello
que se desprendió a medio camino.

Estorba el amanecer
Si no te ven, dejarán de pedir.
Piden más cuando creces.
Creces aunque te cuelguen las piernas de la silla.

Una vez, estorbó la claridad
pues los cazadores de inocencia
arrastrándose tras tu rastro
no dejaron escapar a su presa.

Y siempre que oscurece
el trofeo se cubre de barro.

CONTRARIEDADES

Te apartas con el descaro
de quien lleva prisa
aunque lo real sea ralentizar ese último contacto.

Y con el pelo
cruzando el rostro de la extraña que vas a ser,
para no diferenciar lo que dejas,
para no verte en la esquina de la contrariedad,
asoma el comienzo donde debiste quedarte
y no distorsionar.

Y la confusión.
Lo que confundiste.
Lo confundido,
se aclara meditando.
Quedando meditado
sin aceptar.

Y en el refugio de un no
te aturullas en la frase hecha para nunca ser dicha.
La mordaza, en exceso prieta,
debería haber estrangulado los sonidos con sentido.

Me dijeron que era mejor decir que mantenerse en espera.
Que esperar hace mella en el futuro,
que en el futuro hay lagunas repletas de ocasiones hundidas.
Y que te hundes si no deshechas el lastre
de tus equívocas convicciones.

Me dijeron que el aprecio temporal
envejece.
Y dije adiós a la parte más efímera de mí,
me despedí de los monosílabos sin definir
y de los pliegues en los años.

Lo peor de todo es que sigo siendo la niña
que tira del abrigo de la mujer que debería ser.

SALE DE DENTRO

El remedio contra la pasión
es gobernarla desde abajo si está arriba.
Y que no padezca su calor,
su efusividad concentrada en vapor.

De cerca,
donde no se atreve a arrimarse
por si se guarece para siempre,
duele.

De lejos,
donde queda desprotegido
de su olor, de su áurea
duele más.

Remediar un darse la mano
reconocer sus líneas y seguirlas
hasta donde muere la vida y nace su jersey,
hace tiritar.

Por dentro,
donde no se aventura a explorar
por si se pierde,
lastima.

Por fuera,
donde el adiós agrieta la voz y
encara deseos,
lastima más.

Enmendar lo que sale de dentro y se aleja,
lo que sale de fuera y se acerca,
por mucho que queramos,
no tiene remedio.

LO QUE SE ESPERA

No siendo lo que esperas.
Te comportas como si diera lo mismo.
Y es que lo que esperas no siempre llega.

Se aglomera lo aguardado
en clandestinos almacenes
de los deseos no cumplidos.
Y en la desgana
lo recibe quien no debe.

No eres lo que espera.
Y en el temblor de las causas
te desplaza cauto donde no las hay.

Simplemente no te esperaba y
te complicas.

Se desinflan pretensiones
en espinadas inspiraciones
arañando tus costillas
y golpeando el dorso
de quien no lo aprecia.

Sin querer has dejado de respirar y da lo mismo.

Ya no esperas.
Aireas tus poros de la lucha
y en la estación
desde donde partiste,
donde llegas
nadie te busca
pero tú te encuentras.

DUDÁNDOME

Prisionera de tus arrebatos
en ese tirar de insinuaciones
en ese aflojar de intervalos.

Desconciertas mis alrededores
y no sé si mirar de puntillas tu verdad
o empaparme en la fuente donde nada es lo que parece.

Cautiva de tus mohines
en ese amarrar de médula
en ese soltar de libertades en tu dispersión.

Turbas mis extremos
y no sé si correr sin dejar de mirarte
o mirarte mientras descanso de ti.

Varada en arenas de seda
estancada bajo kilos de titubeos.
Sopeso si atacar con pluma o labios.
Tanteo dejar de acudir a la balanza.

Alterando mis equilibrios más tenues
desarmas mi contención
que oscila de un vértigo a otro
que vibra ante un sí y se entumece al negar.

Mientras sucede todo esto te miro por última vez
y tú como si fuera la primera, dudándome.

SI NO ME SUELTAS

Ayer me buscabas
con las ganas de un niño a medio hacer.
Conté hasta diez.
Uno, dos, tres…
Con las manos.
Con los pies.
Y me oculté en el desván del no poder.

Por las rendijas de la curiosidad
descarté el saber más.
Y obstruí la transparencia
para que no vieras más allá de mí,
de mi perfil.

Ayer
al abrir la puerta
encontré el deseo en pijama,
atento a un cuento sin moraleja.
Y se deshizo como una galleta en café
cuando en mi nana irrumpió tu nombre.

Por el roto de la manta
con la que se arropa el tiempo.
Consideré las veces, los ratos
en que te entretuve con aperitivos de nieve.
Y cuajaron cubriendo
lo tomado por sabido,
lo latente por saber.

Ayer
al dar conmigo.
Supe más de mí por ti.
Hoy.
Sé de mí cuando no huyo.
Mañana.
Sabré de mí si no me sueltas.

QUIERES LO QUE NECESITAS

Quieres invertir tus elecciones
y optar por lo que te salteaste, por lo que sorteaste sin cuidado.
Ese cuidado ahora alborota tus necesidades.

Quieres preguntar si te sintió cuando te alejaste.
Quieres una respuesta que te acerque.
Aunque no necesitas saberlo
por que aún te busca en los propósitos.
Y eso te estremece hasta el punto de acurrucarte
en la cobardía para que no te encuentre.

Quieres retrasar las horas
y haber enmudecido.
Haber apaciguado la ferocidad que pintó tus labios,
que saturó el aire de palabras perforadas.
Necesitas un perdón.

Quieres la comodidad de la despreocupación.
Necesitas esos besos
los que te reencuentran con el sentido de la vida.
Esos que canjeaste en trueque por otros ya pulidos por la apatía.

Quieres enlazar esas sonrisas brotando al azar
y atraparlas en el espejo diario.
Necesitas cariño,
el enjaulado en fechas sin tachar.

Quieres tanto que te esparces
sin engancharte a nada.
Necesitas tan poco que te desnudas
esperando a vestirte de él.

Quieres su vida
necesitando la tuya.

CAER

Ha caído en las deshoras de los resentidos.
La niña que despunta de otras muchas se apaga.

Ya no luce deslumbrando al más ciego,
al que sólo mira desde su hostil trono.

Descuida reina púrpura
que los ogros se hacen pulgas
cuando su amargura les apunta.

Se ha encerrado en el baúl de los fantasmas.
Y encadenan sus labios
reteniendo el desahogo.
Y muda
pues ya hablaron por ella
tritura su alegría.

Ha caído en el circo de hienas
quienes salivando carroña
pretenden extinguir su risa.
La niña de cuento ha escrito en su diario de pesadillas.

No temas hada de agua
que las bestias se deshielan
cuando su brutalidad las juzga.

Se ha doblegado ante la arrogancia
esa que desplaza el alma.
Y contrariada creyó
pues la hicieron creer
que exhibía el traje de la torpeza.


Ayer cayó.
Pero la niña que destaca sobre todos
hoy me ha sonreído y lo ha hecho desde lo más alto.

ESTANDO

Está ahí.
Descifrando lo oculto de entre párrafos de estupidez.
La sabiduría sensorial se peina los rizos
afirmando en pregunta lo que no se cuenta.

No prestamos atención a quien en su silencio sostenido
nos atropella secretos.
Esos que dormitan en el escaparate de arcilla.
Sólo hace falta arañar para que se desmonte.

Y ella te ha desmontado
y permite que su luz canela irradie
lo que no te deja cerrar los ojos.

Se desviste de amarillo
y en su trenza intuyes tu niñez
la que conservas en su risa
la que sabes que nunca debes perder.

Sigue ahí
escuchando el dilatar de las confidencias a medias,
bebiéndose a sorbos la parte que queda.
Y esta gran estudiosa de los detalles más opacos
ha tirado del lazo adecuado
ese que hace de lo invisible algo que puedes tocar.

Se mantiene ahí.
Custodiando la ingenuidad de los más despiadados,
pactando una tregua con tus opresiones
y aniquilando tus temores a golpe de pestañas.

Y entonces sabes que no importa haber dejado
tu vida en sus perfiladas manos.
Y entonces prometes a su ausencia
conservarla siempre a tu lado.

DOS MUNDOS

Dos mundos, o tres…

Comprimidos en la cabeza pero sin rozarse.
En el que respiras
y del que te gustaría respirar.
Un condicional sin variables
pues tachas el posible renunciar.

Y hasta la sonrisa de quien quieres
oprime, empequeñece, quizá banalice
lo que hasta hoy has conseguido.
Tú o ellos de ti.
Los que han engarzado su vida a la tuya
en una expectativa de alcanzar lo que se les resistió.

Y se te resiste pues tus elecciones son las últimas de la fila.
El “me hubiera gustado que fueras” se cuela a codazo sucio
mientras los convencionalismos sociales te tiran del pelo.
Y te apartas antes de ser apartada por revolucionaria, por rebelde.

Dos mundos, o tres…

Espalda con espalda para que no se envidien.
Y la balanza tiende a la conciencia,
la conciencia nacida de los otros
crecida en ti y reproducida en remordimientos.
Y el único pecado capital es seguir por donde ellos nunca hubieran seguido.
Y te retraes pues la penitencia saldría cara.

Dos mundos, o tres…
El comienzo te lo presentaron dado,
el final te lo adjudicarán más temprano o mucho más tarde.

A este limitado dictado de la vida
se le puede poner punto y aparte.

DESLINDANDO SUEÑOS

Se perdió en la oscuridad sin argumentos.
Los que le dejaban ser ella pero entre comillas,
entre las farolas iluminando el camino torcido,
el que no debía coger y cogió.

Y con botas de plástico rojo,
las que resguardan del agua pero no del frío,
anduvo por la pasarela de la ilusión.

Funámbula suicida sin red.
Equilibrista sobre el fino hilo de la locura.

Y en una cesta zurcida con espejismos
metió un amor desincrustado de una roca.

Y con un impermeable de lunares blancos
descansó en el mirador de los burlados,
de quienes creen palpar cuando sólo contemplan.

Y de regreso al sendero descabellado,
el cielo turbio y turbado por la falta de honestidad,
dejó escapar, por la presa del dolor contenido,
las lágrimas despuntadas y decolorantes
de todos los sueños adheridos a su inmadura piel.

Se perdió en la espesura de un bosque entrampado.
Y amputadas las raíces de la imaginación
la niña soltó la nasa quimérica
de donde salió espolvoreado ese amor creído sólido e irrompible.

Y aceptada en la realidad
sin impermeable, sin botas, sin amor
nunca más se desvió de su camino
ese que cogió y no debió coger.

DESCUBIERTA

Si te descubres
cuida de quien mira, de quien desdeña tu fuerza
para apropiarse de tu fragilidad.

No des la clave de tus debilidades
pues con ellas rellenarán balas
de las que agujerean el valor y
secan tu sangre.

Si te enseñas
procura proteger tus entrelíneas
las que descifran
lo que deteriora tu ímpetu,
tu querer ser.

No otorgues risas a quien las devuelve invertidas.
No prendas dulzura en la fe de quien recela,
de quien ve un puñado de sal en un soplo de azúcar.

Si te das
escoge a quien no contraiga su mirada.
Se quedará con lo más pequeño de tu grandeza,
lo que no ocupe demasiado en su interés.

Y si te muestras, que lo harás
estruja tus miedos
envuélvelos de verdad
y no te rindas ante las evasivas.

Y una vez descubierta
besa su silencio y dile
que nunca fuiste tú.

CUANDO LA NOCHE NO ME ENCUENTRA

La noche
cuando no me encuentra parpadea.

Y acudo a la llamada
haciendo del techo de la habitación
mi cielo en penumbra.

Y en un destello el tiempo se agita
salpicando recuerdos.

Amigas que guardaste en conserva y caducaron.
Amores destinados a volar como globos en descuidadas manoplas.
Inquietudes en libros que memorizaste para aprobar y
olvidaste aplicar.

Y en un resplandor los años me sacan a bailar.

Enumero los pisotones de las torpes equivocaciones
mientras la impaciencia no suelta mi cintura.
Dejándome llevar por la resbaladiza pista
entre un pausado valls y un salvaje rock and roll.
A veces, con suavidad.
Otras, por los aires.

Y en lo que dura el saltar de una chispa
retuerzo las sábanas escurriendo hasta la última gota repasada.

Y ahí es cuando la noche abre bien los ojos
pero yo ya desayuno con el sol.

YA SABE POR QUÉ

Ya sabe por qué.
Ya sabe por qué alzó un gigante de piedra
entre ellos.
Y se mantiene al otro lado.
El lado más sombrío
al que sabe que sin él no accederá.

Ya sabe por qué cuando le habla de ella en él
enmudece cual charlatán desenmascarado.
Y en su monólogo le cuenta
con las pausas obligadas
para digerir, él
para respirar, ella
que por mucho que le dijera
nunca fue para tanto.

Ya sabe por qué pasó.
Irrumpió sin cuestionar
y en el torrente de malabarismos por sonsacar,
olvidó aflojar el nudo de sus ojos
el que comprimía un quizá me quiere
siendo mentira.

Ya sabe por qué se engañó.
Por qué creyó que en su isla estaría a salvo,
que en su desierto las dunas serían olas de agua dulce.

Hoy lo sabe
y le hubiera gustado no saber
que nunca había querido…
que jamás había creído…
Él. Nunca. En ella.

ALGO QUEDA

Algo queda después de todo.
Algo queda tras la fusión de pieles.
Tras matizar besos.
Uno para hoy.
Este para cuando me dejes de ver.

Algo queda tras el cruce de miradas espontáneas.
Minimalista ademán para no levantar equivocaciones pasadas.

Y custodio el espacio que nos dejamos.
Y descansas en la butaca del nómada cauteloso.
Ese que se mueve según los vientos.
Sin que nadie lo perciba.
Sin que nadie arquee la curiosidad.
Esa que mata gatos con tres pies.

Y en el sopor
dibujas una vida en mi mano.
Y la estiras hasta el hombro
sin dar más de sí.
No da más
pues se quitó de tanto
que sólo le queda hueco
para un corazón acolchado.
El que amortiguó
todas y cada una de tus indiferencias.

Algo debe quedar después de todo.

RUEDA EXISTENCIAL

Algo falla en la rueda existencial.
Algo se nos muestra como puro
y al rascar nos sopla un gusano.

Tras una caricia, un castigo
y tras el castigo, algo peor, soledad.
La soledad nos macera en el océano del silencio
y este callar es el que reina en camposantos
esos que coloreamos, al menos, una vez al año
para llevar algo de vida a los muertos.

Por eso insisto en que hay que sonar.

El sonido de un abrazo
ahuyenta la más brava de las tormentas de nubes incomprendidas.
Y si entonas un perdón
cuelgas lunas con sol en los rincones más inhóspitos.
No digo besos, cuando los besos suenan arrasan puentes.

Y por ello no desisto en gritar que hay que soñar.

Un sueño donde coronas los pesares con deslumbrantes bromas.
El sueño de un niño que recorta penurias
y las pega en el collage de lo que debería ser,
crisis de papel y corazones de caramelo.
El sueño de un anciano para quien el abandono
sea tan sólo un monstruo de ciencia-ficción.

Algo falla en la rueda existencial.
Por eso, a veces, está bien bajarse
y hacer un poco de ruido.

UNO ESCINDIDO EN DOS

Uno escindido en dos cuerpos.
Los nombres, lo de menos excepto cuando nos buscamos.
Tus manos me sostienen para que lo grotesco no alcance mis pies.
Y las mías, más menudas, impiden que ladees la cabeza a otros mares más fieros.

Y así camino, caminamos.
Agarrada a tu nuca, enganchado a mi costado.
Soslayando azares, caudales sin cortesías
mientras llueve en los demás.

Y no lloverá eternamente
se lamenta el semidiós en su venganza,
en su obstinación titánica por apartarnos
mientras salpica imprecaciones en los demás.

Uno ocupando dos huecos.
Los géneros, lo de menos excepto cuando nos encontramos.
Tus labios bloquean aquello que no quieres que escuche.
Y de los míos, más frágiles, se despegan palabras con forma de beso cosiéndose en tu rostro.

Y así buceo, buceamos.
Serpenteo en tu dorso, cosquilleas mi garganta.
Apartando fauces, corrientes furiosas
mientras se ahogan los demás.

Y no lloverá eternamente
se maldice el antihéroe
alejándose del uno escindido en dos
y arrastrando a quien no miraba de cara al amor.

martes, 4 de noviembre de 2008

DISTANCIAS

Las distancias no alejan sentimientos.
Quizá dilatan la intensidad de los mismos,
quizá se expanden por el espacio que dejas.

Y repasas las sensaciones hasta el reencuentro
que serán otras, las acumuladas en el pensar.
Piensas más si no ves con los ojos, si no tropiezas con ellos.
Se cuelan retales, piezas, ratos pretéritos
y te aferras a esas ráfagas de nostalgia a pesar de astillarte las mejillas.

Las distancias no merman emociones.
Puedes atisbar más pequeño,
que se quede en detalles
como colgarte de la muñeca una mirada de quien se queda tras el cristal, tras una puerta o debajo de un paragüas.

Y calibras la respuesta en el intervalo del trayecto.
E imaginas que las señales en vez de advertirte desprendimientos
dicen vuelve pronto, te necesito…
en vez de conminarte una velocidad
gritan lo mal que se lleva tu ausencia.

Las distancias no desordenan lo habitual.
Que te hayas ido no ha desbordado su silencio.
Que te hayas marchado no ha descolocado sus prioridades.
Supongo que las distancias son de uno como los miedos, los apegos, virtudes o defectos.
Supongo que cuando me vuelva a apartar pasaré de largo el cambio de sentido que me lleva a tus ojos.

martes, 14 de octubre de 2008

Interés

Se pierde el interés cuando sabes o intuyes que la otra parte, quien te interesa, obvia o rehuye tus actos.
Se pierde cuando la otra parte no te encuentra.
Es mejor no ser osado si ya lo has sido.
La valentía, en esos casos, cae en el ridículo.
Por que atiendes a tientas.
Por que esperas…e insistes…y puedes seguir esperando e insistiendo como una estatua en honor a la desolación.

Ya no interesa si lo has desgastado.
Si has trepado por sus piernas, sus brazos, su espalda, su cuello y no has sido capaz de atravesar su piel. Y te rindes a la desidia.
Se pierde el entusiasmo si lo piensas inalcanzable. O te lo prohíbes, inhibiendo el deseo latente, al que de cuajo arrebatas cualquier atisbo de improvisación.

Cansa el mirar y que no te vean, el hablar y que tu voz no llegue, el acariciar y que no conmueva.
Debilita ese querer y no poder pues una vez pudiste y no quisiste.

Se pierde el interés si no lo mantienes bien atado a los detalles que lo nutren.
Te obligas a perderlo apartándote de quien te atrae, de quien te cautiva pues peligra la objetividad.
Deja de importar cuando se enfoca a otra sonrisa aunque sea la equivocada.

Perdemos el interés si no hay futuro así que si hoy te digo lo mucho que te quiero mañana no lo esperes, si esta tarde te abrazo retenlo por si mañana me olvido y si esta noche me despido con un beso devuélvemelo no vaya ser que mañana haya perdido el interés.

jueves, 9 de octubre de 2008

A veces, me paro a pensar...

La muerte no se queda quieta ni ante el bebé más guapo del mundo.
Es la última nota de nuestra partitura existencial.
No es exquisita a la hora de elegir, su plan consiste en llevarse algo.
Acapara a capricho y hasta hoy no se vende, no se compra.

Si te roza, hiere. Oprime cuellos enmudeciendo camposantos.
Desolación omnipresente en el momento que te empuja, que te toca.
Zanja guerras entre hombres sin rencor, sin razones para estar allí e invocarla con disparos. Y deja su olor solapando el humano, el natural.

La muerte, si quiere, se hace esperar como el audaz enemigo que te sorprende tras la mejor sonrisa.
Se respeta pues se desconoce. Se desconoce pues no saluda.
Y se batalla contra ella mediante rezos, mediante súplicas universales insuficientes para debilitarla.

Si tu alma es su objetivo olvídate de armaduras y escudos.
Y si buscas algo bueno en ella lo tiene pues no entiende de clases sociales, de colores de piel, de fronteras, de edad ni sexo. Bueno desde la perspectiva de las diferencias visibles y tangibles. Malo pues se siente el mismo vacío tras su paso. Y pasar siempre pasa y pesar siempre pesa.
Todos condenados a ella, a sus grilletes preparados para apretar cuando te
gires, cuando te descuides.

Al conocerse la vida le dijo a la muerte:
- La verdad es que no te entiendo.
Y la muerte respondió:
- Lo cierto es que yo a ti tampoco.
Y desde ese día no se separan, desde ese día no son nada la una sin la otra.

martes, 30 de septiembre de 2008

DECEPCIÓN

Decepción.
Te la llevas, te desgarra si alguien sobre quien colgaste todos tus sentidos los desprecia.


Al parecer, el querer es relativo en este mundo tan absoluto.
Al parecer, si das, por que das y si no lo haces me la guardo para cuando bajes la guardia.


Decepcionan las palabras como pose del momento y, luego, se olvidan.
Me prometiste…Y frente a ti la amnesia como coartada.
Pretexto seguido de vistazos a todo, menos a ti.
Tú que de principal pasas a personaje anodino, de esos que ya no aportan nada.
Y te cuestionas tus actos.
Haber dicho o dejado de decir.
Haber hecho o dejado de hacer.
Mientras la culpa se enfunda el abrigo de acero.

Desencanta la indecisión.
Cavilación al gusto. De primer plato, sí.
De segundo, no. Y de postre, puede.
Tú, descolocado, café solo.
Tú, indefinido, en busca de la esencia reemplazada por lo que te hicieron creer y no fue.

Como en todo comienzo el entusiasmo lleva las riendas.
Como en todo desarrollo si es cuestión de uno las ganas se agotan.
Y como en todo final el que se arriesga sin nadie que le amortigüe, el héroe exhausto se aleja.

martes, 23 de septiembre de 2008

A ti, piedra preciosa.

Nacemos envueltos en piel y estructurados por huesos que nos definen. Tú, feo, tú guapa y tú del montón. Sonreímos aunque nos sangre la lengua; vivimos, convivimos con las formas. Es el aparentar sobre todas las cosas. Si le dices a alguien te quiero, se pregunta de qué culebrón habrás salido. Si abrazas es que estás falto de cariño o buscas algo. Y si hablas de sentimientos, te huelen a ver si has bebido y se cuelgan ajos, cruces…lo que haga falta para que no te acerques tanto, no vayas a chuparles su yo oculto, camuflado. ¡Cruel “chupayoes”!
Aunque, en ocasiones, das con piedras preciosas en esta inmensa y sombría roca. Por ejemplo, un sms: Te conozco desde los 18 años y, en realidad, te he descubierto a los 32…Sigue siendo como eres.
Sonríes desde dentro, desde no importa si mides uno ochenta o pesas cuarenta kilos. Una sonrisa que copias en el archivo de las mejores cosas de la vida.
Otro ejemplo, es el de saber que si un día te pide una tregua, un desahogo, hay alguien a doscientos kilómetros, a una llamada, a un mail, que abre muy bien los ojos y los oídos sin juzgar qué grado de razón llevan tus quejas. No cuenta lo que cuenta, cuenta que te lo cuente a ti.
Se trata de que en este mundo donde se funden tantas bombillas, se patean secretos por que importan poco o se encuentran espinas en manos estimadas, alguna vez, aunque sea de tanto en tanto, encuentras una luz inagotable, un confidente que no falla y unos abrazos que duran tanto que cuando acaban la sensación permanece.
Así sí se puede vivir. Así si te acechan, si se tiene la tentativa de derribarte, si procuran machacarte con arrogancias o apatías, da lo mismo pues siempre te queda, siempre divisas, ese faro, torre o muralla, construidos a base de piedras preciosas, que sois vosotras.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Si pudiera ser

Si pudiera ser.
Te regalaría mis ojos para que veas cómo te miro yo.
Si pudiera ser…
Te ofrecería mi voz, mis palabras
para acabar con tu silencio, ese que quema, ese que cercena anhelos…
Si pudiera ser…
Me abrazaría a tu vientre y así me quedaría, perdida en él…
Y si pudiera ser, te pediría que por un día,
dejaras caer tu carcasa del poco me importa…
Si pudiera ser.
Te pediría perdón por no haber entendido qué querías,
por no haber sabido qué quería yo.
Eso si pudiera ser.
Y si pudiera ser te contaría lo que más me hacía reír.
Y descontaría las lágrimas a punto de desbordarse.
Si pudiera ser regresaría a tus labios como la primera vez, cuando primaba eso, regresar. Regresar y tocar.
Y si pudiera ser te regalaría una brújula, una que sólo te lleve a mí.
Todo esto si pudiera ser…

miércoles, 25 de junio de 2008

DIAGNÓSTICO CRISIS

Me empieza a hacer daño la crisis. Y me daña por que mire donde mire, escuche donde escuche, deguste donde deguste y toque donde toque todo huele a crisis.
Así que esta mañana he decidido estar en crisis. Y dado que lo estoy todo lo que me rodea también.
Resignada me he tomado un café. El café, muy amargamente, me ha contado la fatal crisis nerviosa que padece. Le he escuchado. Escuchar ayuda en casos críticos. Y le he informado de que contener cafeína es lo que tiene, que crispa. Ha llorado en forma de oscuros granos y me he crispado. Luego me he fumado un cigarrillo. ¡Qué os voy a contar de su crisis! Todo comenzó con la ley antitabaco hasta hoy. Lo cierto es que echaba humo por todos sus poros. En plan consuelo le he dicho que siempre nos quedarían las zonas de fumadores que haberlas "haylas" aunque escasas. Mis pulmones, sabiamente, han optado por el silencio.
De camino al trabajo me he topado con otra crisis, la de mi ipod. Una crisis musical, he supuesto. Pero no, me ha llamado roñica y me ha exigido que le recargara con más frecuencia. Todo ha sucedido muy lentamente. He deducido gracias a su parpadeante puntito rojo que la cosa era grave y que se trataba de una crisis de batería fácil de solucionar. Un simple acoplamiento al ordenador y a sonar.
Entonces al llegar al trabajo, leer las noticias del día y conocer que sigue habiendo mucho más de lo mismo, pensar que me quedadan ocho horas para salir de allí y seguir con más de lo mismo, me ha dado un ataque de ansiedad y he reconocido a mi ipod y mi paquete de tabaco que la culpa de todos sus males era sólo mía y de la creciente crisis existencial que padezco. Al café se lo diré más tarde.

lunes, 23 de junio de 2008

ESCAPANDO

Se te escapa algo. El algo prohibido se te va aunque ya se haya ido por que nunca estuvo allí. ¿O sí? Te preguntaste y sonreíste. Y leí que las caricias y los besos son afluentes de las sonrisas. ¿Y de las lágrimas? Supongo que también.
Me imaginé dos almas furtivas de la realidad, de las responsabilidades y del aparentar. Lejos del bullicio de lo que se debe hacer. Una de ellas sonrió a la otra y el río mudo e insaciable trajo lo demás. Tímidos y avergonzados por olvidar que esa noche no se olvidaría de ellos. Ni ellos la olvidarían. Entre suspiros que no volverían por que quizá no existieron se entregaron a la culpabilidad que aparece aunque no la llames y se prometieron no volver a jugar dejando que sus emociones se convirtieran en flores de verano. Flores regaladas a un ser amado provocando la misma sonrisa que una noche esas dos almas se regalaron.

jueves, 19 de junio de 2008

Hoy me ha saludado

Hoy me ha saludado. No ha sido el panadero ni la frutera quienes de camino al trabajo me suelen dar conversación. Esos lo hacen mecánicamente, quizá a cambio de los euros que gasto y desgasto. Me ha saludado quien no tiene que le salude. El solitario de pantalones rojos. Y hago hincapié en el saludo por que la gente le da escasa importancia. Saludas en el trabajo, como le echas azúcar al café y quizá a alguien le importe, el saludo, claro. Me ha saludado y hoy no iba con su perro. Ese perro de calle, de acera que ha encontrado el calor en este chico de pantalones rojos y pelo descuidado. No habrá peluquería que se lo arregle por que no tiene euros con los que pagar el arreglo. Supongo que se dirá que nada en esta vida tiene arreglo. Y es que vive en una casa abandonada, abandonado él con su perro enfermo, su pelo roto y pantalones colorados.
Cada vez que llego a casa enciendo a la luz, el hombre de pantalones rojos sólo enciende el cigarro que se encontró bajo el árbol. El árbol que me observa desde la calle, creciendo, para también velar por el chico despeinado. Se ha fumado el resto del cigarrillo, ha dado un trago de cerveza, el perro ha ladrado a la nada de siempre que se suele apropiar de ratas, cucarachas... de todo bicho viviente y le ha llegado la hora de dormir.
En cambio, en mi casa, he decidido yo cuando acurrucarme en la came y cuando apagar el maldito televisor.
Me ha saludado quien no tiene que le salude aunque hoy también le he saludado yo.

martes, 10 de junio de 2008

El poco valor del presente

"El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cual era su sentido". Milan Kundera en "El libro de los amores ridículos".

viernes, 25 de abril de 2008

La extinción de la clase media

Hoy logramos que se nos escuche aunque algunos nos compadezcan por ello. Hoy leemos que el paro aumenta, en la construcción pero aumenta. Quizá todos pertenecemos a ese sector ¿no aportamos algo, cada uno de nosotros, a la construcción del planeta, país, ciudad, familia y pareja? He ido de más a menos para no agobiar.
También se cuenta que el arroz va a subir de precio. Y lo seguimos lanzando en las puertas de las iglesias, donde menos lo necesitan. Se dice que así las parejas tendrán hijos. En el afán por ahorrar o no derrochar ¿qué les lanzaremos a los recién casados? ¿Conejos?
Prefiero no pensarlo. Ya sé que quedan las flores pero eso no molesta.
Si sube el arroz bajará la porducción de paellas, risottos e hijos. Adiós arroz, adiós riqueza y fecundidad.
Y a veces me dicen, me presionan que se me va a pasar el arroz. Va a ser que es verdad aunque no tengo prisa.
Y lo únicos que salen bien parados de todo esto son las gambas, langostinos, calamares, almejas, bogavantes... que lo acompañan quitándole protagonismo.
¿Será que el marisquito también tenía derecho a votar en estas elecciones? Será, será.
Total que olvidaremos ir a los restaurantes chinos pues dejaran de ser baratos. O quizá no. Tienen tanto talento como para darnos gulas por angulas. Así que preparémonos para lo próximo. Se acerca la era del "roz" a las tres delicias. Un sucedáneo de lo que es el "rice" pero a bajo precio. El "low cost" es lo que se lleva, es a lo que nos están obligando a acomodarnos a los que nos encontramos en el corazón del estatus social. Habrá más ricos, más pobres y cero clase media. La clase media será una leyenda de la que se hablará durante muchos años. Quizá hagan una tele serie llamada "Aquéllos maravillosos años de la clase media". Quizá yo no lo vea, ni mis hijos. Todo por culpa del arroz.

miércoles, 27 de febrero de 2008

NO ES PAÍS PARA ARTISTAS

Al parecer hoy por hoy para llegar a ser artista reconocido no sólo debes gritar a los cuatro vientos que eres militante del PSOE, también debes ser un revolucionario en lo tuyo y es que, por ejemplo, pintar con pincel se va a quedar obsoleto. Si no que se lo digan a un holandés a quien van a premiar por dar “peneladas” en lienzos creando, según expertos, obras de gran calidad.
En la noticia no se nombra el tamaño del miembro pero he supuesto que debe aprovechar sus momentos de “inspiración” y toda la emoción que ello conlleva en dar los trazos de mayor volumen y grosor.
¿Quién sabe? Puede que Da Vinci usara sus atributos para volver loco a todo aquel que estudiara el misterio de la Mona Lisa. Dista de ser poético pero no me digáis que no sería gracioso descubrir que ese genio resultara el pionero del “penesfumato” por no decir otra cosa que resulte demasiado soez.
Tal y como se ponen las cosas en el panorama cultural y dada mi caótica lidia con la escritura decidí olvidar mi afán por mejorar el uso de las letras y dedicarme a idear una manera más provocadora de hacerme leer. Así que me compré un bote de tinta negra y repasé cada parte de mi cuerpo en busca de aquella que pudiera ejercer de lapicero, bolígrafo, pluma o similar y, sobretodo, que fuera trasgresor. ¡Equilicuá! Frente a un folio en blanco me saqué la teta derecha y unté mi pezón de tinta dispuesta a acabar con mi miserable anonimato. Y ahí en medio del salón y sin saberlo me estaba convirtiendo en la precursora de la técnica del “capezzolo scrittore” (pezón escritor en español). Muy concentrada tratando de dar forma a la primera letra, mi marido entró por la puerta. Tan esperpéntica debía ser la imagen que no dijo nada, se dio media vuelta, salió y volvió a entrar, como si hubiera sido un espejismo, una visión resultado de su exceso de trabajo. Pero no, su tierna mujercita semidesnuda sostenía entre sus manos una hoja con la huella de su “capezzolo”.
Me tocó la frente en busca de una explicación más lógica a la que le daba. Eché la culpa de todo al “pene-pintor” mientras me duchaba y al irme a la cama ya más relajada (y, en parte, avergonzada) pensé que no me gustaría ser la protagonista de facilones titulares como “GANA EL PREMIO PLANETA GRACIAS A SU TETA” y mucho menos firmar ejemplares con la susodicha diestra. Así que me distraje con el final de un debate en que uno nos prometía crear niñas perfectas en un mundo perfecto y el otro aseguraba poseer el secreto del éxito, eso sí, deseándonos luego “buenas noches y buena suerte”, cosa que me sonó a frase de director de casting. Y me dije, entre bostezos, ¡vaya par de artistas!

lunes, 4 de febrero de 2008

OTRA MANERA DE VER LA POLÍTICA

Cuando cumplí la mayoría de edad no sólo mis padres me dieron carta blanca en la cuestión de horario de llegada a casa también se me otorgó el derecho a votar. Lo primero me entusiasmó pero lo segundo me dejó tal cual. Y es que nunca me había interesado la política. ¿Era una de esas jóvenes pasotas que les importa poco la situación de su país? Podía ser. Lo cierto es que que mi hermano algo más involucrado en el tema que yo se indignó al llegar el día de poder ejercer mi voto y le dije que no tenía ninguna intención de llevarlo a cabo. Mi hermano no grita sólo fulmina con su azul mirada, entonces, se me ocurrió algo. Le cambiaba mi voto por una mariscada en mi restaurante favorito. Pensé que mi proposición le parecería absurda pero aceptó y empecé a cogerle gustillo a eso del derecho al voto.
Nunca me ha interesado la política, no entiendo porqué la gente se exalta al hablar de un partido u otro, mi vida ha sido la misma con uno u otro al poder. Tengo mis propias ideas que no son mejores o peores que las ajenas pero son mías. Apoyo a quien decide abortar, apoyo a los homosexuales, apoyo a quien va a misa todos los domingos, apoyo a los que me parecen buenas personas, las guerras no me gustan (no creo que les gusten a nadie) pero si se propusiera una contra ETA me pensaría alistarme a ella. Cualquier terrorismo es aberrante pero nadie es capaz de acabar con él.
Diré que las últimas elecciones no me parecieron objetivas, el 11 M dejó a España en un estado de shock, de inseguridad, creo que ayudó a Zapatero a alcanzar el poder. Y con ello no acuso al gobierno de estar pringado pero quizá quien lo hizo le venía bien un cambio de gobierno. Si hubiera sido yo la cabecilla de la oposición en ese momento quizá sería presidenta en la actualidad. Me da risa al imaginarlo.
Esta Nochebuena dejé mi voto al mejor postor. He recibido ofertas jugosas pero aún no me ha convencido ninguna. Os propondría que ofertéis pero como en este Blog no entra ni el Papa pues seguiré dándole vueltas hasta que dé con lo que considere justo.

viernes, 4 de enero de 2008

HOY ES LO QUE IMPORTA

Imagina que una mañana un ruido extraño procedente de la puerta de casa te despierta. Imagina que le das codazos a tu marido para que haga algo y lo único que hace es darte una patada en la rodilla al girarse acompañada de un afinado ronquido. Todo muy armónico.
Piensa que con toda tu valentía atraviesas de puntillas el pasillo con un arma letal conocido como secador de pelo, por si acaso hay que atacar y al llegar al hall de tu casa escuchas una risita familiar. Ahora supón que al abrir la puerta encuentras a tu hijo de 17 años que en vez de la llave está utilizando uno de los churros que ha traído para desayunar, o eso entiendes tú. La bronca vendrá con la resaca que sabes que duele más. Tras el susto te tomas un café mientras escuchas las noticias en la radio donde cuentan que este año ha habido menos muertes en las carreteras. Y te alegras. Que han subido más los precios y el paro. Y te dices que se cambia de año pero no de vida. Te asusta el futuro de tu hijo. Y te enciendes un cigarrillo a pesar de que en la tercera uva prometiste dejarlo. Y piensas que uno no te va a matar aunque lo ponga en la cajetilla. Entonces escuchas que tu marido se levanta y va hacia ti con ese aspecto que nunca pensaste tendría. En vez de un "buenos días" tose porque él también fuma y se mete en la ducha. Imagina que por un instante te sientes bien, gozas de unos días de vacaciones y vas a pasar la mañana de compras de Reyes Magos. Recuerdas tu infancia y la ilusión que te hacían estas fechas aunque no olvidas el disgusto al enterarte de que Melchor, Gaspar y Baltasar respondían a Elena y Esteban. Y deseas que te toque la lotería del Niño porque en la del día 22 “ná de ná”. Y piensas en lo que harías con tanto dinero y sin quererlo te ves en una gran mansión con vistas al lago Como acompañada de George Clooney que te ofrece un “Nespresso What else? Y vuelves a la realidad cuando se comenta por la radio que Penélope Cruz da un beso a otra mujer que no te importa pero que afianza tu idea de que es un poco pendón.
Preparas la ropa que te vas a poner, te miras al espejo diciéndote que a tus 41 años pareces una joven de 30. Ignoras el corte de manga por parte del reflejo y vas hacia el baño. A pesar de la taza del váter cantando ópera, los pelos del afeitado decorando el lavabo y la toalla en el suelo te sientes feliz. Te duchas tarareando una canción de una tal Conchita que te inventas pero que te parece pegadiza. Tu marido grita que se va a trabajar y te ríes porque sabes que no te besa por que tú tienes vacaciones y él no. Le quieres por ello, por ser tan humano. Te arreglas, coges el bolso que cierras bien para que no te roben y antes de apagar la radio se comunica una multitudinaria rueda de prensa convocada por José Luís Moreno. Imagina que sientes lástima por lo que debió pasar aunque opinas que tener tanto dinero no debe ser tan bueno. Te da por recordar la combinación de tu caja fuerte que la tienes y aunque no atesoras lo de Moreno planeas cambiar las cosas de sitio por precaución. Será cuando vuelvas de las compras. Miras por la ventana, tiene pinta de llover pero te arriesgas a no llevar paraguas. Cargada de paquetes es un instrumento bastante peligroso y todas lo sabemos. Sales a la calle y te encanta tu barrio. Caminas disfrutando de los escaparates y le das un euro a un pobre que parece estar helado y al llegar a la calle Recoletos te das cuenta de porqué te gusta tanto Madrid.
Entonces, ves cómo una joven fuma fuera de la oficina y te preguntas dónde está la libertad de expresión. Buscas un cigarro en el bolso ignorando que del edificio por el que pasas se desprende un escudo de piedra que en un instante dilapida tu existencia.
-Este artículo está basado en hechos reales exactamente en una noticia del 3 de enero de 2008.
-La autora no se responsabiliza de que la imaginación empleada pueda ser excesiva.
-Se recomienda vivir y disfrutar la vida al día.