viernes, 25 de abril de 2008

La extinción de la clase media

Hoy logramos que se nos escuche aunque algunos nos compadezcan por ello. Hoy leemos que el paro aumenta, en la construcción pero aumenta. Quizá todos pertenecemos a ese sector ¿no aportamos algo, cada uno de nosotros, a la construcción del planeta, país, ciudad, familia y pareja? He ido de más a menos para no agobiar.
También se cuenta que el arroz va a subir de precio. Y lo seguimos lanzando en las puertas de las iglesias, donde menos lo necesitan. Se dice que así las parejas tendrán hijos. En el afán por ahorrar o no derrochar ¿qué les lanzaremos a los recién casados? ¿Conejos?
Prefiero no pensarlo. Ya sé que quedan las flores pero eso no molesta.
Si sube el arroz bajará la porducción de paellas, risottos e hijos. Adiós arroz, adiós riqueza y fecundidad.
Y a veces me dicen, me presionan que se me va a pasar el arroz. Va a ser que es verdad aunque no tengo prisa.
Y lo únicos que salen bien parados de todo esto son las gambas, langostinos, calamares, almejas, bogavantes... que lo acompañan quitándole protagonismo.
¿Será que el marisquito también tenía derecho a votar en estas elecciones? Será, será.
Total que olvidaremos ir a los restaurantes chinos pues dejaran de ser baratos. O quizá no. Tienen tanto talento como para darnos gulas por angulas. Así que preparémonos para lo próximo. Se acerca la era del "roz" a las tres delicias. Un sucedáneo de lo que es el "rice" pero a bajo precio. El "low cost" es lo que se lleva, es a lo que nos están obligando a acomodarnos a los que nos encontramos en el corazón del estatus social. Habrá más ricos, más pobres y cero clase media. La clase media será una leyenda de la que se hablará durante muchos años. Quizá hagan una tele serie llamada "Aquéllos maravillosos años de la clase media". Quizá yo no lo vea, ni mis hijos. Todo por culpa del arroz.

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