Prisionera de tus arrebatos
en ese tirar de insinuaciones
en ese aflojar de intervalos.
Desconciertas mis alrededores
y no sé si mirar de puntillas tu verdad
o empaparme en la fuente donde nada es lo que parece.
Cautiva de tus mohines
en ese amarrar de médula
en ese soltar de libertades en tu dispersión.
Turbas mis extremos
y no sé si correr sin dejar de mirarte
o mirarte mientras descanso de ti.
Varada en arenas de seda
estancada bajo kilos de titubeos.
Sopeso si atacar con pluma o labios.
Tanteo dejar de acudir a la balanza.
Alterando mis equilibrios más tenues
desarmas mi contención
que oscila de un vértigo a otro
que vibra ante un sí y se entumece al negar.
Mientras sucede todo esto te miro por última vez
y tú como si fuera la primera, dudándome.
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