jueves, 8 de octubre de 2009

LO MALO AL SILENCIO

Lo malo al silencio.
Y cuando no estás
(desolando mis sentidos)
ni me turbo.
Ya no.

No atender el deslizar de tu ausencia
lo hace todo más leve, más breve.
Y que no cese,
que no cese.
Pero te recoges
en un fundido.

Lo malo cuando te apagas.
Es esa ceguera que me salva.
(el instante donde la nada
impregna el aire de su perfume)
para no ver,
ya no,
como te marchas.
Vas
que lo haces
cuando tus besos
parecían quedarse.
Al menos,
parecían querer pintar los míos.

Lo malo,
dices,
viene montado en música.
Lo malo,
insisto,
cabalga en sombras
escupidas por la noche.

Declaro.
Me declaro más de ti
en lo bueno.
Me declaro a ti
en medio de tanta luz imaginada.

No busco el hueco
que alguien haya dejado en ti.
Busco ese espacio
que dé cabida
pero sólo a mí.

(Y sigo relegando
lo malo al silencio)

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