viernes, 30 de noviembre de 2012

POPY BUSCA SU SITIO

Dicen que la edad te vuelve más realista, más ver "esto es lo que hay" que desear que de la chistera salga un conejo blanco incapaz de contarte el truco. El juego de soñar junto a la muñeca a la que cortaste el pelo, pintaste la cara y vestiste imaginando que así serías dentro de unos años. Dicen también que si quieres puedes hacer volver a esa niña o niño que un día fuiste pero por mucho que lo intento los Reyes Magos no me traen lo que quiero y de la piñata solo caen obligaciones. El soñar se va a acabar es el eslogan al que llegan los creativos de las estrellas mientras tú frotas un lámpara de la que solo aparece tu mal genio. Y así con todo. La edad como pastilla para dormir a la imaginación y aunque te niegues a tomarla hay quien se encarga de metértela en la boca cuando la abres para admirar el cielo. Implacable. Pero hoy, aunque sea tan solo hoy, me he dicho que ya está bien y con un rotulador he dibujado un círculo aunque me hubieran ordenado que fuera un cuadrado bien cerrado. Siempre me ha gustado lo redondo. Hoy he descolgado el teléfono marcando un número de mil cifras entablando una conversación que me ha alegrado el día. A las cinco vienen a tomar el té mis sueños y aunque a alguno le duele la garganta (de tanto gritar que seguía allí) me han dicho que me prepare, coja papel y lápiz, que el el encuentro va a ser digno de narrar. Y ha pasado. No me preguntéis cómo porque hay cosas que no tienen explicación. Tampoco han sido puntuales. Muy risueños me han dicho que jamás llevan reloj pues limitan y decapitan sus posibilidades. El tiempo se ha ido enfadado aunque ha cogido una comba y va por ahí dando saltos salpicando a quien se deja. Sí, mis sueños hoy han vuelto recordándome que aún puedo peinarlos y convertirlos en héroes donde la edad es un ser de otro planeta al que vas solo si quieres. Y tras el té que más bien ha sido cola cao, galletas con sabor a canela y algún que otro botón de chocolate se han ido con un largo hasta luego de esos que se guardan en la manga un volveremos. Y de vuelta a la rutina, esta vez, llevaba un impermeable blanco de lunares multicolor.

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