Claudicando.
Guerreando más con nosotros mismos.
Y en el dividir, una parte descansa
de tanta queja, tanto disparo verbal.
Al crecer, arrugamos lo preciso.
Y eso nunca retoma su forma.
La rugosidad se lamenta de haber perdido tanto.
La inocencia se precinta
y el ser risueño
se disfruta de los pájaros
que hace dos décadas
dejaron de posarse.
Inyectamos ilusión a los que se caen.
Es el suero reservado,
destinado a quien nos importa
aunque no importemos.
Da lo mismo
ya lo da
pues cuidarse es tarea de uno
pues querer sin que te quieran también.
No es derrotismo
renunciar a lo mejor
si con ello lo peor de alguien no empeora.
Lo es si un enfermo prefiere no curarse
o un sano suplica enfermar.
No es temerario
mendigar un beso
a quien reparte cientos.
Lo es si quien te lo da
no te mira a la cara
si no a tu necesidad.
Y es que cuanto más enseñas, más ocultan.
Y es que cuanto más permites, más objetan.
Apostando a desvestirse de los otros
para ser uno mismo.
Sin más.
1 comentario:
Precioso Popy
Publicar un comentario