miércoles, 6 de mayo de 2009

DE REPENTE

De repente, se acerca.
Cerca, cerca.
Se acorta la vida.
Y el espacio al que se obligaron.

De repente, suave.
Suave, suave.
Como un cuerpo recién levantado.
Y trenzando sus meñiques, y piernas,
y un nada de nada cada vez más incierto.

De repente, muy suyo.
Mío, mío.
En lo permitido fuera de lo restringido.
Las vocales más abiertas,
las consonantes chirrían.
Se lo dice o se lo cuenta.
Admitiendo su adicción se descubre.
Se expresa sin conjunciones.
Las pausas, extraditadas para quien no lo tiene claro.

De repente, mira.
Veo, te veo, te sueño.
Un poco más y te quiero.
Y en la tendencia a jugar
todo se vuelve más serio.
Miedo, miedo.
Como el no volverse a ver.
Si me fuera.
Si te fueras… Entonces, el temblor.

De repente, prisa.
Deprisa, corre, trota.
No se vaya a ir
sin que sepa.
Saber, sabor.
Coge, ten, toma.
Me doy, te doy.
De ti.
Siempre de ti.

De repente, el amor.
Pasa, aturde, se exalta.
Hablan, comentan y retoman
lo que aguarda entre puntos suspensivos.
¿Te has enamorado?
De repente, no hace falta contestar.
Contesta. Se acerca. Suave. Muy suyo. Mira y sin prisa.
Sí. De ti.

1 comentario:

Gabriel Ramírez dijo...

Supongo que sabes que, aunque en silencio, suelo leer lo que cuentas por aquí.